Luego de dos largas décadas de ausencia, se le ocurre aparecer justo ahora cuando ella, rendida de soledad, se enamoró perdidamente de una de sus sirvientas, la dulce joven que con cuerpo seductor como canto de sirena, supo levantarle el velo y transformar en miel tanto infortunio. ¡Maldito el momento en que juró a Ulises fidelidad eterna!
Es hora de conjugar juramentos. Pero, ¿cómo? Si el deseo ya ancló en la más deliciosa y húmeda de las bahías. Y su bahía, se llama Agneta.
Ulises se encuentra con una esposa distante, la cual alegando un shock provocado por las circunstancias, implora tiempo para el encuentro carnal.
El tiempo preciso para terminar otro sudario que, con alevosía, cuatro suaves manos ya comenzaron a tejer.
El tiempo preciso para terminar otro sudario que, con alevosía, cuatro suaves manos ya comenzaron a tejer.
5 comentarios:
Muy muy muy bueno!
Estupendo, dan ganas de leer una continuación.
Muy buena versión de Penélope.
Saludos
Boa história que nos faz pensar a continuação. Por que não constrói?
Adriano menezes
Ouro Preto, Brasil
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