miércoles, 12 de noviembre de 2008

COMBATE DE NATURALEZA MUSICAL




El armadillo llora, llora con acordes de instrumento; el clamor repiquetea a charango. Sus ojitos lacrimosos se posan en el ser alado que está frente a él, muestra sus garras y dice: —Discúlpame, te lo ruego, no puedo evitarlo. Está en mi naturaleza.
El ángel llora. Pero este llanto es de arpa, de lira. Eleva su mirada cándida al cielo. Luego, como poseso, la clava en el animal y dice: —Yo tampoco puedo evitarlo. También está en mi naturaleza.
Se desvanece la escena. Alguien comienza la cuenta regresiva y grita: — “Knok out”— Suena un Réquiem.
No sabemos si en el mundo hay un charango más, o un arpa menos.

DEMASIADAS MANOS EN EL PLATO




En un principio:
Dios hizo a Adán asistido por 365 ángeles, mientras dos Arcángeles los observaban guarecidos a la sombra de una palmera.
—Gabriel, ¿no te parece que podríamos dar una mano? Para mí que les está saliendo medio defectuoso.
—Guardá tu espíritu comandante aunque más no sea por un rato, Miguel. Nuestro Señor dijo que Él se ocupaba. Además, nosotros somos personal jerárquico, no tenemos por qué embarrarnos. Acordáte que aún no existe Eva, ¿quién nos lavaría la túnica?
En un después:
—Yo te lo advertí, Gabriel. De haber desde un principio coordinado a las huestes celestiales, que es nuestra tarea, no estaríamos ahora exhaustos, batiendo alas por doquier para enmendar tanto infortunio.
—Reconozco el error, pero, ¡¿cómo imaginar que Dios y 365 ángeles juntos no iban a prever en su obra la necesidad de un cerebro?!

LA OTRA COMEDIA




Mortalmente desconsolado, la encuentra flirteando, muy fresca, en el Canto I. Para Beatriz, habitar siglos de Paraíso se había tornado un Infierno.