lunes, 22 de septiembre de 2008

MIENTRAS ATENEA DUERME



Cancerbero seduce a Circe, que termina convirtiéndolo en un Adonis. Ariadna no recuerda qué debe hacer con el ovillo, se pone a tejer una capa que cubrirá al mendigo que por allí pasa portando arco y flecha, flecha que disparada por casualidad acaba con la vida de un tal Zeus que deambula sin su égida. En los aposentos de Penélope dejan una caja en la cual la personificación de la paciencia jamás reparará urgida por otros menesteres: los calores que provoca en ella un caballero de nombre Apolo. Orfeo, harto de la melodía tapa sus oídos con cera, se deshace con brusquedad del instrumento que toma Eurídice y hace sonar, Hades, embelesado por la música se quita el casco para besarla perdiendo así su invisibilidad y el reino de las sombras, convertido en hogar de flores, corazoncitos y mariposas, cierra por falta de trabajo. Caronte, ahora desocupado, se dedica a vagar por los mares llegando a Esparta, donde se enamora perdidamente de una belleza llamada Helena, amor que, correspondido, los lleva a escapar a la isla de Creta, donde, como niños, pasan horas divirtiéndose en un laberinto...

Ninguno supuso que aquella inocente celebración a la cual fueron invitados por Dionisos, terminaría desencadenando una hecatombe beoda tan Olímpica que daría vuelta la historia.

jueves, 18 de septiembre de 2008

EL MEO QUE RECRIMINAS, ES SEÑAL DE MI DESCONSUELO


— ¿¡Hasta cuándo voy a tener que seguir limpiando los charcos que dibujan en el piso tus meadas!? ¿¡Aprenderás alguna vez que para algo existe un agujero en el water!?
Le habían precedido en la balacera de improperios las gotas en el espejo, de cuando me afeitaba o me cepillaba los dientes. Hacía tiempo la venía escuchando sin emitir sonido, pero hoy, su vómito en palabras era el corolario de las que estuvo sumando para la resta. Habíamos llegado al cero:
— Martha... ¿los hombres, lloran?
— ¿A qué viene la pregunta? ¡Ah!... Excusas para escapar por la tangente. ¿Cómo reza el dicho del sordo que no quiere oir?
—Recuerdo el del ciego que no quiere ver. Disfrazo mis lágrimas de meo o gotas en el espejo porque, se supone, que los hombres no debemos llorar.

Sonrió. Me sentí como una gallina a la cual terminaban de acorralar para retorcerle el pescuezo. La debilidad que con perfidia me hizo confesar, justificaría el veredicto.
Entonces, se sacudió mis plumas, sacó un Marlboro con sus garras y fijó cual orate su mirada en un punto del horizonte.
Mientras la fiera esparcía el humo, dijo: — ¡Que pase la siguiente víctima!

miércoles, 10 de septiembre de 2008

LA TRAMA DE PENÉLOPE


Luego de dos largas décadas de ausencia, se le ocurre aparecer justo ahora cuando ella, rendida de soledad, se enamoró perdidamente de una de sus sirvientas, la dulce joven que con cuerpo seductor como canto de sirena, supo levantarle el velo y transformar en miel tanto infortunio. ¡Maldito el momento en que juró a Ulises fidelidad eterna!

Es hora de conjugar juramentos. Pero, ¿cómo? Si el deseo ya ancló en la más deliciosa y húmeda de las bahías. Y su bahía, se llama Agneta.

Ulises se encuentra con una esposa distante, la cual alegando un shock provocado por las circunstancias, implora tiempo para el encuentro carnal.
El tiempo preciso para terminar otro sudario que, con alevosía, cuatro suaves manos ya comenzaron a tejer.

lunes, 1 de septiembre de 2008

MALENA TIENE PENA DE BANDONEÓN

Este cuento (que no llega a ser mini por la extensión) fue escrito hace tiempo como "chascarrillo" para mis amigos Mexicanos y Españoles, que pretendían en un principio ( ya después hasta los fui adaptado a mi lenguaje) que entendiese sus localismos, tan rebuscados como el lunfardo con que está escrito este texto, va glosario al final:





MALENA TIENE PENA DE BANDONEÓN


Como todos los martes y jueves desde hace tiempo, Malena pasa horas decidiendo qué pilchas va a ponerse, carburando cuál cusifai asomaría la jeta por el piringundín.
Se sentía medio cachuza, le había costado largar la catrera, pero ni en dope iba a dejar su porte cajetilla de lado, no fuera a ser cuestión que los crotos le sacaran el cuero tildándola de cocoliche. Aunque pensándolo bien, esos jetones, se podían meter los comentarios en el upite.
Hoy sólo quería escabiar y olvidarse de la yeta que la tenía a maltraer. Entre otras cosas le habían llenado de humo la cocina a Ramona. Malena había junado de antemano al quía, era un lancero. Lo conocía del Bar Contursi, laburaba de alcaucil del cafiolo de las de la Avenida y choreaba a vejetes con el bizcocho Juárez. Tenía que estar colifa Ramona para tragarse el bolaso. Con lo bagayo que es, comerse que se encamaba con ella porque era un budinazo. Que se jodiera la naifa, de araca va a quedar y encima sin laburo. ¿Quién va a querer una doméstica con bombo? Malena quería farra para despejar el balero.
Cuando llegó al bar, Contursi la saludó amablemente, como corresponde hacer con toda mina que lleva briyos. Se acodó en la barra, empezó a juguetear sensualmente con sus gambas y a otear si había alguno con pinta de bacán. Ya tenía cancha para descartar malandras. A pesar de la busarda, el del jetra gris le pareció bien. Un poco de franela y a bajarle la caña. Venía de chupi y charla la cosa, hasta que se desató un batifondo infernal. —¡La yuta, la yuta! —gritaba el bramaje bajando a medio vestir del quilombo. El del traje gris la agarró del brazo e intentaron rajar. No lo consiguieron. El dueño de la busarda, andaba calzado y ella, sin documentos. Terminaron atroden.
El cana sucio, que no se había dejado aceitar por Malena, la miró: —Tenés derecho a una llamada, yegua—. Olvidando las ganas de achurarlo, agarró el tubo y marcó:

—Residencia de la familia Argerich Viel Temperley, buenas noches.
—¿Ramona?
—¡Señora Malena!
—¿El señor Arturo llegó?
—No, señora. El señor llamó hace un rato desde el Ministerio, dijo que el partido de Polo se había suspendido y que ya venía para acá. Me preguntó que había cocinado de rico, estaba muy hambriento...
—Escúcheme bien, Ramona. Cuando el señor Arturo llegue, dígale que llamé desde el Club, que el campeonato de Bridge se alargó un poco, y que me quedo a cenar acá, con Inesita Álzaga Unzué. A la pobre se le escapó el gatito siamés, su Misha, y está desconsolada... No sé cuánto tiempo me llevará contenerla. Quizás me quede a dormir en su casa. Ramona, que el señor no me espere a cenar, por favor. Que no me espere.




GLOSARIO:
Catrera: Cama./Dope: Al “vesre” (revés) pedo. Estado beodo./Cajetilla: Elegante. Atildado/Croto: Vago. Sin recursos./“Sacar el cuero”: Hablar mal de alguien./Cocoliche: Modo grotesco de estar arreglado o vestido./Jetón: Hablador compulsivo. Atropellado./Upite: Ano./Escabiar: Tomar muchas bebidas alcohólicas./Yeta: Mala suerte./“Llenar de humo la cocina”: Dejar embarazada./Junar: Espiar. Reconocer. Darse cuenta de algo./Lancero: Individuo que aprovecha cualquier ocasión para lograr una conquista amorosa./Laburar: Trabajar./Alcaucil: Chismoso. Delator./Cafiolo: Proxeneta./Chorear: Robar./Vejete: Forma despectiva de decir persona mayor./Bizcocho: Bizco./Colifata: Loca./Tragarse: Creer./Bolaso: Mentira./Bagayo: Mujer fea./Encamarse: Tener un encuentro sexual en la cama./Budinazo: Mujer joven y bonita./Naifa: Mujer./“Quedar de araca”: Quedar abandonado sin el beneficio esperado./Bombo: Panza de la embarazada./Farra: Juerga. Diversión./Balero: Cabeza./Mina: Mujer./Briyos: Anillos de valor. Diamante. Brillante.Gambas: Piernas./Bacán: De buena posición económica./“Tener cancha”: Tener experiencia./Malandra: Hombre de mala vida./Busarda: Estómago./Franelear: Acariciar, besar, tocar. Adular./“Bajar la caña”: Seducir. Poseer./Chupi: Chupar, consumir bebidas alcohólicas./Batifondo: Barullo. Tumulto ruidoso./Yuta: Policía./Bramaje: Hembraje. Conjunto de mujeres./Quilombo: Prostíbulo./Rajar: Huir rapidamente./“Andar calzado”: Portar armas de fuego./Atroden: Al revés (vesre) adentro. Quedar detenido./Cana: Policía.Aceitar: Sobornar/Yegua: Mujer hermosa y de físico exhuberante./Achurar: Matar a cuchillo. Destripar. En general, se usa como matar./Tubo: Teléfono.